A veces lo único que quiero es olvidar tu imagen, tu sonrisa, tus ojos, tu aliento, tus besos, tu silencio... ese silencio que mas de muchas veces desgarraba mis entrañas. Pero otras, en las noches, antes de intentar descansar lo único que anhelo, es volver a verte jugar y saltar como niña, tus impredecibles abrazos, y tu silencio profundo que hacían de tu mirada todo lo que necesitaba oír. Pienso también ya mas de afuera, como se desarrollaron las cosas, mi obsesión y tu juego. Nuestros miedos danzando como hipnotizados, una piedra frente a otra, un par de llamas girando frente a frente, un par de niños jugando de las manos dentro de sus sueños. Aún me sigues quitando el aliento y el sueño, como te decía, para bien y para mal. Aun no ha pasado un día sin que te recuerde, o una imagen furtiva pase junto a mi, y lleve mi atención a aquel lugar, si, allí mismo. Tan simbólico, y por desgracia tan gris. Repercusiones quedan, se reflejan en mi cotidaneidad, pero tan solo es la imagen de mis sombras. Haré con ella, acaso la original de mis obsesiones, lo que no puedo aun hacer contigo, darle una oportunidad, de hecho, ni siquiera a ella, es solo conmigo, me daré una oportunidad para desaguar lo mucho que queda...
Si supieras las veces que he querido llamarte, visitarte... si supieras las veces que he desesperado por saber de ti... mas mi cuerpo no me deja, acaso por miedo, acaso por sabiduría... sigo aceptando que es lo mejor... y me duele muy adentro entender que tu no intentes hacer lo mismo. Me duele muy adentro aceptar los términos y condiciones que como siempre nunca quedaron suficientemente claro.
Es entonces cuando me pierdo y dejo que las sombras me abrasen y me lleven consigo, nuevamente me dejo apresar por ellas, pero se que solo es por un tiempo, se que pronto estaré erguido haciendo lo que hago desde ya hace mucho, acaso siempre... iluminar.